Contiene fotografías y literatura de época, que recuerdan los hechos delictuales que posibilitaron a las ciencias odontológicas el ingreso al poder jurídico y a la institucionalidad académica. Guillermo Beckert era un funcionario alemán que asesinó al funcionario chileno Exequiel Tapia. El cuerpo calcinado de Tapia permitió a Beckert hacerse pasar por el funcionario chileno fallecido y así huir con el dinero de la Institución. El crimen fue descubierto por el dentista Germán Valenzuela Basterrica, quien, aplicando el método de identificación dental pre mortem, a través de la ficha dental de Beckert, logró demostrar que no podía tratarse del funcionario alemán ya que éste poseía una obturación de oro, que el cadáver no presentaba. Como retribución del estado chileno a Valenzuela, por la resolución del caso, se funda, en 1911, la Escuela Dental o Facultad de Odontología de la Universidad de Chile, de la que Valenzuela Basterrica es el primer director.