Ortodoncia. Fines del siglo XIX. En prótesis dental se emplea este articulador de forma anatómica que reproduce exactamente los movimientos de lateralidad y de abrir y cerrar la boca, al igual de los movimientos que ejecutan la mandíbula inferior en el acto de la masticación. Esta provisto de una armadura y un graduador, por medio del cual se puede fijar, subir y bajar la articulación haciendo funcionar un tornillo para que quede estable en la posición  que se le adopte. En estos modelos no aparece una relación entre cráneo y los maxilares. Las primeras nociones de articuladores aparecen en el siglo XVIII, en la obra de Pierre Fouchard en 1728.